Desde pequeña Mariela demostró que su actitud determinaría el curso de su vida. Ella se crío como una niña inteligente , activa y felíz aunque muy pronto empezó a notar que tenía problemas de visión. Tuvo que operarse por desprendimiento de retina con resultados no muy buenos. Se negaba y no aceptaba que podría ser considerada ciega. Fue alrededor de los 20 años cuando finalmente perdió por completo la visión en ambos ojos.
Su actitud positiva y de perseverancia no cambió, tomó su bastón de no vidente y empezó a recorrer su entorno y aún más allá, estudió sicología y se graduó con honores. Más adelante conoció a su compañero de vida, también no vidente, con quien formó una hermosa familia. Hoy Mariela se siente completa y agradecida.
Las personas como Mariela son ejemplos para los que teniendo “todos los sentidos” muchas veces no ven más allá de sus narices y se pasan quejando de “su suerte”. Contar con personas de su nivel humano y espiritual es un honor para todos los que la conocemos.
Ha sido enriquecedor “leerle” a Mariela y esperamos contar con ella nuevamente en una segunda edición en nuestro espacio
de "LIBROS VIVOS" en la Sala de Colecciones Generales de la Biblioteca y Archivo del Congreso Nacional, Augusto Roa Bastos.
