Ya luego desde el prólogo con las simpáticas y cariñosas palabras de Dani Nasta nos metemos en esta obra tan llena de expresiones nuestras, tan conocidas y queridas por todos.
La mayoría de las veces ni nos damos cuenta de que las estamos utilizando. ¡Son tan parte de nosotros!
Una vez escuché a una abogada explicar como había que arribar y después bajear para llegar a un lugar. Cuando me voleé ya dichas palabras estaban aceptadas por la Real Academia. Y yo que pensé que la abogada era muy valle y ¡yo que me creía tan chuchi!
Que mucho que me reí. Les recomiendo esta preciosa obra.
