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Los 29 a帽os de vigencia de la Constituci贸n Nacional Paraguaya

Escrito por: Santiago Caballero

El 20 de junio, celebramos los 29 años de la promulgación de la Constitución Nacional. Esta celebración, aún en tiempos de la pandemia, es una necesidad perentoria para cuantos ciframos nuestras esperanzas, nuestra responsabilidad cívica, en la Carta Magna. Efectivamente, es ella la que nos muestra los derroteros a transitar en la búsqueda de una sociedad moderna en la que las personas, las comunidades, puedan crecer, tengan todas las posibilidades del desarrollo como derecho fundamental, como norte de todas las acciones. 

Esta Carta Magna figura en la historia como la primera muestra lapidaria de la opción y de la vocación democrática. Por ello, se erradica para siempre la dictadura, todas las formas de totalitarismo, tanto en los poderes del Estado como en todas las formas de gobierno. Este mérito es particularmente digno de destaque no solo por las proyecciones futuras como de lo que se deja de lado a pesar de largas décadas de dictadura. La Carta Magna es una saludable sacudida de los tiempos de la ignominia para inaugurar los nuevos tiempos, los augurales de los fundamentos de los derechos humanos. 

En esa línea, la Constitución Nacional propone los canales de la participación de toda la ciudadanía en la elección de las autoridades tanto nacionales como departamentales y distritales. Así, los escenarios de las elecciones dejan de ser coto de caza de los caudillos o de los grupos de poder político y económico. Hoy es posible que los procesos partidarios, los de organizaciones ciudadanas, encaucen las nominaciones en los poderes según los criterios de honradez, responsabilidad, servicio a los demás. 

Al celebrar los 29 años de la promulgación de nuestra Carta Magna, cada uno de nosotros debe plantearse con seriedad, con exigencia, cuánto hemos podido crecer con sus propuestas fundamentales, con sus postulados raigales. Ante una mirada panorámica ya podemos constatar lo mucho que tenemos por hacer, por mejorar. Es la dinámica común a todos los quehaceres humanos. Pero no olvidemos nunca la perspectiva auspiciosa y desafiante ganada en esta Carta Magna y que nos motiva a la acción mancomunada para valorar lo hecho y lo que al paso del tiempo aprendimos que debemos mejorar. 

En este día, damos gracias a los Ciudadanos Convencionales que nos legaron la Carta Magna. Asimismo, realicemos la firme propuesta de poner en práctica para el bien de todos, la vigencia de la sociedad democrática, el sueño de nuestros Convencionales.
 


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