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Donaci贸n de material de Amnist铆a Internacional, al acervo de la biblioteca del Congreso

Escrito por: Santiago Caballero

“En Paraguay, dos niñas entre 10 y 14 años dan a luz al día, en promedio, cada año. En 2019 y 2020, un promedio de al menos 525 niñas de 14 años o menos dieron a luz cada año en Paraguay, lo que sugiere que muchas de estas niñas han sufrido violencia sexual, o en el caso de relaciones sexuales mantenidas entre pares, no han tenido acceso a la educación Integral de la Sexualidad (ESI) o acceso a servicios de salud sexual y reproductiva. Únicamente en 2019, el Ministerio Público recibió un promedio de 12 casos de violencia sexual al día, en su mayoría entre niñas”

Esto se lee en el Resumen Ejecutivo de SON #NiñasNoMadres. Mitakuña ndaha’eivaera sy. Medidas para poner fin a la violencia sexual contra niñas y adolescentes y a la maternidad forzada de niñas en Paraguay” producido y editado por AMNESTÍA Internacional. Un ejemplar del resumen de este trabajo fue donado por la Biblioteca y Archivo Central del Congreso y se encuentra a disposición de los interesados.

El texto consta da las siguientes partes: Resumen ejecutivo; Metodología; Introducción al círculo de violencia; El Estado no aborda integralmente la violencia contra las mujeres y las niñas: Falta de protección contra la violencia para las mujeres y las niñas, Falta de protección contra la violencia para niñas, niños y adolescentes, Ley que aborda los abusos sexuales contra niñas, niños y adolescentes y Normalización de la violencia sexual.

Y los siguientes: El Estado no toma medidas suficientes para prevenir la violencia sexual contra niñas ni les presta atención adecuada; El Estado no proporciona a las sobrevivientes acceso a la justicia y a la reparación transformadora. El Estado obliga a las niñas que resultan embarazadas a llevar su embarazo a término. Conclusión. Recomendaciones. Y un Anexo: Guía para el derecho internacional para poner fin a la violencia sexual en el embarazo forzado.

En la problemática, constata este estudio, las características de los victimarios: “Más del 80 % de los casos de violencia sexual tienen lugar en la familia y, en la mayoría, el autor es el padrastro, el padre, el abuelo, el vecino el tío de la víctima; es decir, una persona adulta que tiene acceso directo y/o irrestricto a niñas y niños por ser una persona de confianza o referencia. Según el derecho internacional, Paraguay tiene la obligación de proteger los derechos de estas niñas y niños, pero no lo está haciendo”.

El documento deja, ante la gravedad de la problemática analizada,  un llamado urgente: “Las autoridades deben introducir inmediatamente la educación Integral de la Sexualidad para garantizar que las niñas, los niños y adolescentes tengan las habilidades necesarias para alertar si se ven amenazados por la violencia sexual. También deben finalizar la tan esperada ruta única para atender de forma integral a los niños, niñas y adolescentes sobrevivientes de abusos sexuales y evitar la victimización secundaria crónica, tal y como exige la legislación nacional. Paraguay también debe poner en marcha un programa en todo el país para apoyar a las niñas sobrevivientes de la violencia sexual, incluidas las que quedan embarazadas y se ven obligadas a llevar el embarazo a término, para ayudarlas a reconstruir sus vidas y a superar los graves daños a largo plazo que puede infligir la violencia sexual”.

Este llamado, sin embargo, debe llegar a toda la ciudadanía. Nadie puede permanecer indiferente ante esta situación que empeora día a día, que pone en peligro la salud mental y física de miles de niños, niñas y adolescentes. Esto mismo nos habla a las claras que no superamos la doble moral, el patriarcado, la discriminación sexual. La vieja consigna que está metida en la educación familiar y en la escuela que dice, referido a la sexualidad, “de eso no se habla” construye y afianza el peor de los escenarios para que esta plaga, esta epidemia, se propague tan campante.

El estudio de Amnistía Internacional es un serio, responsable y profundo aporte a la problemática de los abusos a niños, niñas y adolescentes. Animémonos a colaborar para erradicarla.


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