En Hija de la Fortuna, la protagonista Eliza Sommers, chilena, de sangre inglesa, ya que había aparecido en una cestita a las puertas de la Compañía Británica de Importación y Exportación, se jactaba de sus dos talentos: el buen olfato y la buena memoria, a tal punto que ella aseguraba recordar que la encontraron desnuda en una caja de jabón, su primer aroma detectado, el segundo era un fuerte olor a chivo. Siguiendo, quizás su karma, se enamora y decide ir tras su amor, el joven Joaquín Andieta, quien parte a los Estados Unidos en busca de fortuna en plena época de la fiebre del oro en California. Escondida en la cala de un velero llega a un mundo de hombres solos y prostitutas que la transforman de una inocente joven a una mujer fuera de lo común. Encuentra a un amigo en el médico Tao Chi quien la conduce por los misterios y contradicciones de la condición humana y de cuya mano encuentra finalmente, su libertad.
